* Cuando se busca el diálogo  y el perdón no hay lugar para la venganza o revancha

 

* Nadie que no quiere ser perdonado, puede ser perdonado, excepto a la distancia, sin contacto. Cuando hay una relación donde se comparten momentos, la relación debe ser dialogada, donde el afecto se ponga en movimiento.

 

* La paz en una relación no depende sólo de una de las partes, la paz se construye de a dos en una relación humana.

 

* No puedo pretender que el otro cambie, y yo no cambiar. Si quiero que en algo cambie nuestra relación.

 

* Doy, quiero, busco, pero en una relación, eso cae en saco roto, si el otro no muestra un afecto, un interés en mí.

 

* No puedo pretender que el otro me considere su amigo, si yo levanto un muro para que no pueda llegar a mí.

 

* No me conviene pensar mal de entrada sobre el otro, sólo por una actitud o hecho, debo ver y vivir una sucesión de acontecimientos para saber cómo se mueve el otro.

 

* No puedo juzgar a una persona si hace un buen tiempo que no me contacto, ni conecto con ella, yo cambio, el otro también cambia.

 

* No puedo decir "estás perdonado", sin siquiera darle una chance al otro de que me demuestre que cambió en algo su actitud.

 

* En una relación de a dos, no conviene ver al otro como "el malo", "el loco" o el rótulo que mejor nos parezca. Siempre que querramos que esa relación sea familiar o de amistad, no vale tildar, ni rotular al otro. Y si ya lo rotulo, lo dejo libre y no me interpongo en su camino. 

 

* La amistad o la familia, se sustentan en un “respeto” inherente a cada miembro o amigo, y no en el que te “debes ganar”, lo único que se puede ganar es la admiración, algún premio u honor y no es en ese ámbito donde se dan este tipo de circunstancias.

 

* En la amistad o la familia no es un toma y daca, yo te doy esto, para que vos me des esto; todo fluye, y el otro y yo estamos para darnos una mano cuando lo necesitemos, sin medir quién da más.

 

* En la amistad o la familia, no vale el “que llame siempre él”, de los dos lados queremos comunicarnos y lo hacemos, sin pensar si alguien debe ser el que tenga la iniciativa.

 

* Muchos años he visto pasar, que gente querida espera un llamado, para que el otro se disculpe y así poder seguirse relacionando.. Pero he visto cómo esa gente que espera, aún ellos no han hecho ningún cambio, no tienen nada de qué arrepentirse con aquel a quien esperan que los llame.