http://josamotril.files.wordpress.com/2009/02/ancianos.jpg Un hombre en una plaza 480 × 359 - 48 k - jpg josaliteraria.wordpress.com
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Un hombre digno

 

Un hombre está sólo en un banco de una plaza. De repente mira a su izquierda y pasa un joven abrazado a su madre, el hombre dice- ay! Si pudiera tener una madre, que me quiera y me acepte como soy!, luego mira a su derecha y ve a un mendigo que toma su vino, y el hombre dice “ya no me aferro a algo que sea pernicioso para mi vida, ya no le pido al vicio, la compañía que no tengo”, luego ese hombre se levanta y va a su departamento, pasan los días y conoce una mujer, que lo escucha, que lo respeta, que lo empieza a querer tal cual es. La soledad de su vida, va cobrando calor de hogar, el “verdadero” hogar, el que da el calor de la mirada, del interés por el otro.

El hombre va al banco de la plaza, son los días previos del festejo social por el “Día de la madre”, se acuerda que no recuerda la suya, sólo hay la nada, el vacío. Mira a su izquierda ve a dos adolescentes con el padre, llenos de regalos, pero quejosos, enojados por algo, despotricando por algo. Desde el banco de la plaza, se ve una vidriera con una pantalla que refleja una escena de publicidad: la familia feliz, y piensa, “qué suerte si todos tuviéramos el hogar que la sociedad muestra como real, y que en realidad parece un ideal”.

Luego va a una despensa, la vendedora con cara de bacilo de coco le resopla cerca de su cara y con un tono a guardia cárcel del medioevo, le dice ¿qué va a querer?. Cuando sale del negocio un hombre robusto pasa caminando muy rápido y con el hombro lo golpea y le tira las cosas que compró, el hombre robusto sigue su camino, insultando.

En la radio que lleva consigo suena un tango, interrumpido por un informe sobre “trabajadores” no trabajando y destruyendo el erario público, y de una joven violada, finalmente apaga la radio.

Vuelve al banco de la plaza, mira a su izquierda, la calle vacía, casi no pasan peatones, solo queda un hombre que sólo prende el último cigarrillo, y mira desahuciado el panorama, mira a su derecha: los comerciantes cerrando sus locales, un montón de papeles y de mugre son movidos por una brisa que ya se torna fría, y piensa: “estamos tan solos, falta tanto amor, no sabemos querer bien al otro, con sus diferencias, no sabemos respetarnos, aceptarnos, el corazón del hombre es un instrumento[1] y sólo el amor toca la melodía  propia de cada uno. Tomamos a los otros como medios, para conseguir algo, prestigio, dinero, oportunidades, para mostrar cuán buenos somos nosotros mismos. El amor ideal de una madre, es un amor que puede ser real para nosotros y para todos, si aprendemos a querernos: no por pertenecer a un grupo sanguíneo, etario, social, cultural, etc, sino por pertenecer a la raza humana. “..no tengo derecho a maltratarle y a negarle mi reconocimiento, porque maltrataría al que me ha hecho también a mí-[2]El creador nos puso acá, y es mi deber cuidarme, quererme, tomar la vida, “..no permanecer y transcurrir no siempre quiere sugerir honrar la vida..[3], el día que despertemos la conciencia a la vida, que nos valoremos a nosotros mismos y a los otros, y de esa forma mostrarle a nuestro creador lo feliz que nos hace dándonos la vida. “Si le digo a alguien te quiero lo primero que debo darle es todo mi tiempo. [4]-” El hombre está en el banco de la plaza, y piensa:  El amor toca la melodía del corazón, puede ser el amor de una madre, de un amigo, de una pareja, esa melodía hace que la ostra del corazón se abra y muestre su perla, puede ser más chica, más grande, más o menos blanca, pero es una perla valiosa, porque el creador la puso allí, “la primera virtud confuciana[5] es el respeto a los demás, la segunda: la tolerancia.”

Y se pregunta a sí mismo: ¿por qué sufro tanto la intolerancia, por qué no pido el respeto, por qué creo que si hablo será peor?, el hombre ora para que sus palabras salgan con la cabeza fría, caliente el corazón y la mano presta, como dijo Confucio. Y continúa : Más de un siglo antes del nacimiento de Cristo, un pagano pidió al Rabí Hillel que explicara la ley de Moisés..Hillel resumió todo el cuerpo de la ley judía, diciendo: ‘No hagas a los demás lo que odiarías que ellos hicieran contigo’[6]”.

El hombre continúa: a lo lejos y desde hace varios años, hay algunas guerras porque los hombres no se ponen de acuerdo y no ven de su misma condición (la de seres humanos y la dignidad intrínseca a todos) a los demás, pareciera que para muchas personas, algunos otros no son suficientemente humanoscomo ellos, subyace en nuestra sociedad la idea de que no es posible derivar del ser, ningún tipo de deber, natural e implícito, universal. Por lo tanto solo el acuerdo y consenso socialcrean los valores.

Pero la dignidad como valor supremo, universal inherente a todos, reclama de nosotros una actitud igualmente valorizante, la de aceptarla y hacerla carne en nosotros, rodearnos de gente que valorice nuestra vida, ser creadores de valor en los otros, respetándonos y respetando a los demás.

  

 Un hombre sentado en el banco de una plaza, una mujer sonriente que se le acerca y lo llama por su nombre, el hombre que cierra el libro de frases de célebres hombres. Un abrazo, en el medio de la plaza, dos corazones calientes, en el medio de una fría plaza de alguna ciudad, de cualquier ciudad de este planeta tierra.



 

                                                                        Lic. Fernanda Inés Sucunza

[i] Fuentes:

 


1Osho SOBRE EL AMOR-Pensamientos de Osho http://www.calculadoradelamor.com/biblioteca/amor/20/ 

2 La dignidad de la persona, Ricardo Yepes http://es.catholic.net/sexualidadybioetica/371/836/articulo.php?id=5095

3Eladia Blázquez “Honrar la vida”

4 M. Das : hermano de la caridad de M.T. de Calcuta Documental de Ma. Teresa de Calcuta

5 http://www.proverbia.net/citasautor.asp?autor=244&page=1

6 Valores y principios La Dignidad Humana y sus implicaciones éticas  (J. Vidal-Bota)  http://www.aceb.org/v_pp.htm